
Mucho más que una puerta de acceso al Mundo Maya, Villahermosa merece ser explorada a la vieja usanza. La ciudad fue fundada por Hernán Cortés, quien desembarcó en la desembocadura del río Grijalva en 1519, y fue la primera ciudad europea en el continente americano.
Además de las comodidades modernas de una ciudad y de una prosperidad financiada por el petróleo, dos características distinguen a Villahermosa de otras ciudades del sur de México: sus habitantes y sus hermosos parques.
Una opción es el Parque Yumká, un recinto natural que cuenta con atracciones para todas las edades. Se trata de un extenso zoológico, un orquideario, una laguna y una espesa selva.
“Yumká” significa en maya “duende que cuida de la selva y los animales”. Los indígenas chontales que habitaban la zona creían firmemente en la existencia de un personaje que protegía las plantas y los animales, y a quien otorgaron este nombre.
Además de divertir, Yumká tiene el objetivo de promover la protección de las especies y sus ecosistemas. El parque abrió sus puertas por primera vez en mayo de 1993 y sus más de 101 hectáreas son hogar de una extensa variedad de flora y fauna local e internacional.
Desde su apertura, se imparten actividades recreativas como talleres y conferencias que transmiten la urgente necesidad de preservar el medio ambiente. Asimismo, en este parque-safari se ofrecen otras actividades ecológicas como paseos en bote, recorridos a pie en hábitats naturales, un área de juegos y un divertido tren que recorre el sitio.
El zoofari es la atracción principal. Aquí habitan aproximadamente 35 especies animales distribuidas en tres secciones: una selva, una sabana y una laguna, las cuales representan tres ecosistemas de gran relevancia.
En el espacio se encuentran un herpetario, con especies de serpientes en vitrinas, un aviario, donde es posible interactuar con tucanes, loros, guacamayas, garzas, papagayos, cacatúas y muchas aves más, y un recinto con manatíes.